
¿Recuerdas cómo empezó todo?
Una mirada, un impulso, un gesto.
Hay un segundo en el que todo cambia.
¿Recuerdas cuándo te diste cuenta?
No fue en clase de gimnasia, ni viendo a Leonardo Di Caprio en Titanic.
No fue al escuchar los insultos de los otros niños, que lo sabían incluso antes que tú.
Fue en un autobús volviendo del campamento de verano.
Sentado con aquella chica a la que apenas recuerdas.
Compartisteis auriculares todo el viaje.
Ella era fan de Paulina Rubio porque le divertían sus canciones.
Tú nunca la habías escuchado y te gustó.
Y te asustaste, porque no podía gustarte.
Porque si te gustaba Paulina Rubio todos iban a darse cuenta de que eras maricón.
Tu química con mi piel hacen carga positiva y cuando me acerco a ti hay una bomba explosiva.
Ella intentó besarte y le hiciste la cobra.
Un segundo y todo cambia.
Un segundo para aceptar que llevabas quince días soñando con el monitor y quince años fingiendo.
Te aceptaste en un bus el verano del año 2000 al ritmo de Paulina Rubio.
En un segundo supiste que ya nada iba a ser lo mismo, que había llegado el momento de no esconderse más.
Y tú… ¿recuerdas cómo empezó todo?
Yo sí.
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Hoy he querido recuperar este collage + texto que escribí en 2020. Darle una segunda vida. Prometo que la próxima publicación será una crítica… ¡Ya vuelven los porqués!
Mientras escribo esto bebo un té de menta y suena ‘Such is life’ de Ak Dan Gwang Chil, un disco que he descubierto hace poco. Mezcla música tradicional coreana con electrónica, y la portada es una ilustración brutal de Ricardo Cavolo.


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